Con la conduccion eficiente se obtienen unos ahorros medios de carburante del orden del 15% y una reducción de emisiones de CO2 en la misma proporción.
El ahorro de carburante comienza con la compra del vehículo (etiquetado energético) Por ello, los países de la UE han introducido un etiquetado energético para la venta y alquiler de los nuevos vehículos turismo, que obliga a informar de su consumo de combustible y la cantidad de emisiones de CO2. Las etiquetas han de exhibirse de forma obligatoria en todos los concesionarios de venta de vehículos. Existe además en España una etiqueta voluntaria que informa del consumo comparativo del vehículo en relación con los de su categoría.
La presión de los neumáticos: un aspecto relevante en el consumo y la seguridad La comprobación de la presión de los neumáticos no constituye normalmente una prioridad en los hábitos del conductor, pero una pérdida de presión en los mismos respecto a la recomendada por el fabricante incide de forma importante en el consumo de combustible. Como dato orientativo, una pérdida de presión de 0,3 bares en los neumáticos del vehículo respecto a la recomendada por el fabricante, supone un aumento de consumo de carburante del orden del 3%.
La consigna a seguir para la realización de una conducción eficiente es la demanda por parte del conductor de bajas potencias al motor. Esto se consigue circulando en marchas largas, a bajas revoluciones y con el acelerador pisado en gran medida (a las ¾ partes aproximadamente), pero sin llegar a pisarlo hasta el fondo de su recorrido. En estas condiciones se circula en zonas de baja potencia demandada al motor y con bajos consumos específicos del mismo y se tiene suficiente respuesta del motor para las situaciones habituales del tráfico vial.
Las técnicas de la conducción eficiente:
Arrancar sin pisar el acelerador
Arranque el motor sin pisar el acelerador. La moderna electrónica de los vehículos modernos regula las condiciones del encendido. El pisar el acelerador redundaría en un mayor consumo de carburante y en un desajuste de la electrónica.
Cambie de marcha lo antes posible
La 1ª relación de marchas En el inicio de la marcha, utilice la 1ª relación de marchas sólo para poner en movimiento el vehículo. Como consejo a seguir, se cambiará a la 2ª relación de marchas a los 2 segundos o análogamente a los 6 metros recorridos.
Se ha de prestar especial atención al cuentarrevoluciones, como indicador del estado del motor. Atendiendo al cuentarrevoluciones, se ha de cambiar de marcha a bajas revoluciones y tan pronto como se pueda llevar a cabo la realización del cambio.
Para coches de gasolina/GLP, cambie de marcha antes de las 2.500 revoluciones por minuto, y para coches diésel antes de las 2.000 revoluciones por minuto.
Análogamente, como alternativa al uso del cuentarrevoluciones, se puede cambiar de marcha atendiendo a la velocidad del vehículo. Entonces los cambios de marcha se efectuarán:
- a 2ª marcha: a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente
- a 3ª marcha: a partir de unos 30 km/h
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a 4ª marcha: a partir de unos 40 km/h
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a 5ª marcha: por encima de unos 50 km/h
Además, inmediatamente tras la realización del cambio, se ha de acelerar de forma ágil, pisando el acelerador en la medida necesaria para proseguir con el proceso de aceleración del vehículo.
Mantenga una velocidad uniforme
Cuando se acelera se usa la energía del combustible para propulsar el coche. Parte de esta energía se desperdicia cuando se frena. Con lo cual, una aceleración y frenado repetidos necesitan mucha energía (con el consecuente aumento de consumo de combustible). Esto puede explicarse también por el hecho de que la mayoría de los turismos sólo necesitan 5 kW de potencia para conducir a una velocidad constante de 50 km/h (a 120 km/h, la cantidad de potencia necesaria se incrementa a aproximadamente en 25 kW). El 90% (o más) de la potencia restante del motor únicamente se emplea en la aceleración del vehículo o para conducir a muy altas velocidades.
Moderar la velocidad
De sobra es conocido por los conductores que el consumo del vehículo aumenta con su velocidad. Lo que desconocen en muchos casos es que el aumento de la velocidad implica un aumento mucho mayor del consumo; es decir, el consumo no aumenta linealmente con la velocidad, sino que lo hace de forma cuadrática.
Por tanto, conviene moderar la velocidad del vehículo, no sólo por cuestiones de seguridad, sino también porque el consumo de carburante se dispara a altas velocidades.
La anticipación y la previsión: claves de la conducción eficiente
Mire hacia adelante hasta donde pueda, prevea el tráfico de la zona circundante y evalúe la situación. Una vez evaluada, se anticipará la acción a realizar. La ejecución correcta de las técnicas de la conducción eficiente se basa en estos valores, que inciden además en la mejora de la seguridad en la conducción.
Con el fin de conducir a velocidad uniforme, es importante prever el tráfico circundante y evaluar el tráfico en general para evitar frenazos y aceleraciones innecesarios. Por ejemplo, al llegar a un semáforo, al adelantar a ciclistas o vehículos agrícolas, o cuando se conduce un autobús en autopistas colapsadas, el hecho de anticiparse al resto del tráfico puede influir notablemente en la capacidad de realizar una conducción suave y uniforme.
Hay muchas situaciones que pueden verse desde lejos, mucho antes de afrontar la propia situación. Se recomienda tener controlado un campo de visión de al menos 3 vehículos por delante.
Uso del rodaje por inercia con la marcha engranada
Cuando tenga que reducir la velocidad (o detenerse), levante el pie del acelerador y deje rodar el vehículo por su propia inercia con la marcha engranada. En estas condiciones (y por encima de un número mínimo de revoluciones cercano al ralentí), el consumo del vehículo es nulo, es decir, se estará circulando sin incurrir en consumo de carburante. Si es necesario, se frenará de forma suave acompañando la deceleración y, en última instancia, si las circunstancias lo requirieran, se reduciría de marchas a la más larga en la que se pueda circular.
Las ventajas del corte de inyección de combustible pueden aprovecharse también, por ejemplo, al aproximarse a un semáforo.
Subidas y bajadas
En las subidas, en el proceso de aceleración, al presentar la pendiente una oposición a la marcha del vehículo se recomienda retrasar, en cierta medida, el cambio de marchas a revoluciones algo mayores de las recomendadas para tráfico en llano.
En subidas, convendrá retrasar lo más posible las reducciones de marchas, incrementando para ello la presión en el pedal acelerador, pero sin llegar a pisar hasta el fondo.
En las bajadas, en el proceso de aceleración, al ser favorable la pendiente a la marcha del vehículo, se recomienda adelantar en cierta medida el cambio de marchas a revoluciones algo menores de las recomendadas para tráfico en llano.
En bajadas, convendrá de igual forma circular en las marchas más largas, utilizando lo más posible el rodaje por inercia.
Paradas prolongadas
Apague el motor en paradas cortas. Por ejemplo, en los pasos a nivel, cuando esté esperando a alguien. Cuando vuelva a encender el motor, no pise el acelerador.
El consumo de combustible de un motor moderno durante el ralentí es de 0,5-0,7 litros por hora, dependiendo del tipo de motor. Con lo cual, apagar el motor en las situaciones adecuadas puede conllevar ahorros interesantes de combustible.
Cuando espere detenerse durante más de un minuto, se recomienda apagar el motor. Tenga en cuenta que la eficiencia energética nunca debe prevalecer sobre la seguridad vial. Con lo cual, el motor sólo debería apagarse en situaciones en las que no se dé un riesgo de seguridad vial. Eso significa, por ejemplo, que cuando se esté con el semáforo rojo no es recomendable apagar el motor si está en primera línea.
Conducción en curvas
Al aproximarse a una curva se debe evitar la común práctica de frenar bruscamente al llegar a la misma, reducir de marchas y acelerar a continuación durante su trazado. Esta práctica, además de suponer un mayor gasto de carburante, aumenta el riesgo en la conducción del vehículo.
Comentarios
Laura
Desde luego las ventajas de la conducción eficiente son muchas aunque también es cierto que el coche necesita un aumento de revoluciones para la regeneración del filtro de partículas.